La desinfección por contacto directo es uno de los pilares de la higiene. Con sistemas como el doble cubo, la bayeta aséptica, la pulverización o la mopa preimpregnada y el agente desinfectante adecuado se busca reducir drasticamente la contaminación microbianana de las superficies y fomites, con el fin de reducir el riesgo de infección nosocomial.