Los insectos (voladores y rastreros) son vectores de transmisión de todo tipo de microorganismos, por lo que es imprescindible su erradicación. La utilización adecuada de agentes insecticidas químicos ya sea por vía aérea o contacto directo, junto con la correcta higiene y barreras físicas adecuadas son la combinación más segura y eficaz para el control de la población de insectos.